jueves, 13 de diciembre de 2012

Los vergonzosos "montajes"



A veces pensamos que el cáncer de la fiesta taurina está en aquellas personas que nos consideran asesinos o seres endemoniados. Pues he llegado a la conclusión que los auténticos enemigos los tenemos adentro. Me refiero a estos “nuevos empresarios taurinos” que no han visto un toro en su vida, y que quieren lucrase con el bolsillo de muchas criaturas inocentes a base de verdaderos “sablazos”. 

Y esto que acabo de comentar me viene de “perlas” para explicar el “montaje” que vi, este año, en el pueblo de mi familia al que tanto afecto le tengo. Una empresa (que desconocía su identidad), por llamarla de cualquier forma, se encargó de organizar los festejos taurinos del pueblo (una novillada sin caballos y tres sueltas de vacas por las calles). Como estamos en época de recortes presupuestarios, al consistorio les sonrió la suerte porque se topó con unos señores estupendos que les iban a dar la feria por una cuarta parte de lo que habían dado de subvención en años anteriores. 

A simple vista, y desde una perspectiva ahorrativa, el plan parecía estupendo. Pero, como siempre suele pasar, no solo hay que resaltar lo visible, también hay que leer la letra pequeña de las cosas. Y eso tenía toda la pinta de ser un auténtico “montaje”. Os puedo contar un montón de cosas que pude apreciar. En cuanto a la organización, los carteles de la feria salieron a la luz cuatro días antes  del comienzo de la misma y solo se divulgaron por las calles del pueblo, no anunciándolos en otras localidades de los alrededores; las entradas que se vendieron en taquilla no reflejaron el importe de la localidad correspondiente; al personal de plaza no se les pagó sus honorarios, como tampoco se les abonó la cantidad acordada a los mulilleros; el festejó comenzó con retraso debido a que el personal médico se negó a autorizar el uso de su equipo por cuestiones económicas; hubo toreros que se vistieron de luces y no se les rellenó el boletín de la Seguridad Social…en fin, para contar siete tomos seguidos.

No quiero cargar toda la dureza de este artículo con estos señores, en particular, también desearía dirigirme y compartirlo a todos aquellos que siguen esa misma filosofía de vida y que, por su mal comportamiento, hacen que la fiesta de los toros vaya decreciendo por culpa de estos “montajes”. Todos estos deberían de tomar ejemplo de otros tantos, que por el contrario, aman la profesión y, por encima de todo, al toro bravo. Se de amigos que se dedican de pleno y con trabajo y dedicación, pero no quiero nombrarlos porque no me gustaría dejarme a nadie en el tintero. 

En cuanto a los novilleros y, especialmente, a los que están empiezando, tengo que decir que ser torero es una de las profesiones más difíciles que existen -por no decir la más complicada del mundo- y que son muchos los llamados y pocos los elegidos. Comprendo que la situación está difícil y son pocas las puertas que se abren para un triunfo, pero ello no quita que uno tenga que prostituirse a sus ideas, -para poder conseguir una meta-, y tener que dejarse llevar por esta mafia. Hay que seguir un camino y en ese hay que forjarse como torero y, por supuesto, como persona. Por cierto, el pueblo que os hablé antes se llama Cortes de la Frontera

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