ÁNGEL MODESTO
Bajo un chaparrón intenso
y con los ánimos algo escarpados se inició la Feria de Abril de Sevilla. El
destino quiso que el mexicano Joselito Adame saliese victorioso de este primer acto tras inaugurar el marcador del presente ciclo abrileño.
Adame demostró oficio y
capacidad ante el excelente cuarto, un jabonero de Cayetano Muñoz que embistió
con calidad, morro por el suelo y buen ritmo. La faena parecía perderse en dos series
iniciales por el lado derecho. Pero Adame sacó casta y pronto se echó la
franela a la mano izquierda, pitón por el que toreó asentado y con cadencia.
Uno del desprecio y varios derechazos desmayados pusieron la guinda a una buena
labor. Obtuvo el premio justo de una oreja.
Con un público más
preocupado de la lluvia que de la lidia, el mexicano anduvo despacioso y con
oficio ante el toro que abrió plaza. El de Cayetano Muñoz fue un compendio de
escasas virtudes: mansito, soso y sin clase.
Ni Oliva Soto ni Esaú Fernández lograron alejarse de la situación emergente por la que atraviesan sus respectivas
carreras profesionales. Alfonso dejó algún lance suelto en el segundo, un
animal complicado que exigió oficio y bagaje, carencias lógicas que evidenció
el cameño. El quinto exhibió más casta. Quiso justificarse en una serie de
apertura por el lado derecho en el centro del platillo. Pero varias cogidas
esfumaron cualquier esperanza de triunfo.
Esaú Fernández puso todos
los sentidos ante dos toros de embestidas plomizas y sin combustible en el
depósito. Derrochó entrega ante el parado tercero y volvió a dar la cara en el
que cerró plaza.
RESEÑA DEL
FESTEJO
Plaza de toros de Real
Maestranza de Caballería de Sevilla. Primera de la Feria de Abril. Un
tercio. Toros de Cayetano Muñoz,
desiguales de hechuras. En general, desrazados y justos de fuerzas
salvo el noble cuarto. Joselito Adame, silencio y oreja; Oliva
Soto, silencio y silencio y Esaú Fernández, ovación y silencio.
Se guardó un minuto de silencio en memoria del picador Alfonsillo de Camas,
abuelo de Oliva Soto, fallecido recientemente. Alcalareño saludó tras parear al
quinto y Curro Robles y José María Tejero hicieron lo propio tras banderillear
al sexto. A la muerte del quinto, Oliva Soto pasó a la enfermería para ser
reconocido por los facultativos, que le diagnosticaron "varetazo corrido
en región escapular derecha y otro en región lumbar izquierda. Pronóstico:
Leve", según reza el parte facultativo.
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