miércoles, 19 de febrero de 2014

Ruiz Miguel: "Hubiese sido un error el salirme de aquellas corridas duras"

Nos fuimos al término municipal de Los Barrios, concretamente a la finca “El Algarrobo”, propiedad del maestro Ruiz Miguel. Un lugar privilegiado de nuestra comarca donde el toro y la naturaleza son los protagonistas de aquel enclave. Nuestro portal quiso estar junto al gran torero de “La Isla” para recordar su impecable trayectoria profesional dentro del mundo del toro.


Ángel Modesto y el maestro Ruiz Miguel
Ángel Modesto-. Ante todo, ¿Cómo se encuentra usted del percance sufrido el pasado mes de agosto en el coso de Tarifa?

La verdad es que me encuentro muy bien. Durante mi trayectoria me han dado muchas cornadas los toros pero nunca me habían partido algún hueso. Tengo el alta definitiva y entreno diariamente. También estoy empezando a ir al campo y metiéndome de lleno en la disciplina de esta dura profesión.

AM. Conociendo la raza y el temperamento de este torero me imagino que aquella tarde no fue la última de su carrera ¿Tiene pensado en volverse a vestir de luces?ç

Si, por supuesto. No quiero acabar mi trayectoria con aquella voltereta. Hablé con Antonio Caba para torear un par de corridas este año. Puede ser una aquí en España y otra en Francia. Con estos dos compromisos quiero dar por concluida mi trayectoria profesional.

AM. ¿Cuál será la plaza de su adiós definitivo?

Aún no lo sé. Hay dos o tres proyectos importantes pero no quiero decirlos porque no están rematados. Estamos en conversaciones pero no hay nada cerrado.

AM. Tirando de estadísticas usted ha salido en diez ocasiones por la Puerta Grande de Las Ventas, ha estoqueado 100 corridas de Miura; 89 de Victorino, casi 50 de Murteira Grave y 36 de Pablo-Romero, unos datos que están al alcance de muy pocas figuras. ¿Le ha quedado algo más por hacer en el toreo?

Siempre queda algo por hacer en el toreo. Los toreros siempre tenemos nuestras propias metas temporada tras temporada, porque nunca acaba de cuajar el toro que uno sueña. Incluso, cuando le cortas un rabo a un toro, terminas luego diciendo que le han quedado cosas por hacer. La faena soñada, perfecta o idealizada nunca se llega a realizar.

AM. ¿Cuál fue la tarde que decantó la balanza de su carrera? ¿Ocurrió un milagro?
Yo creo que fue la tarde del rabo en Sevilla. Aquella faena me marcó el destino de las corridas duras y el camino de mi trayectoria. Pero hubo un otro día clave que me marcó en mis sentimientos como persona y como torero. Fue una tarde que toreaba en Madrid una corrida de Miura y me echaron un toro para atrás. Salió un sobrero cinqueño de Villagodio muy hondo y con mucho cuajo. Tuve la suerte de cuajarlo, pero no lo maté. Aquel sobrero me marcó el papel que tenía que jugar en esta profesión.

AM. ¿Cuándo asumió ese destino de anunciarse con esas ganaderías denominadas “toristas”?

A partir de la faena que te acabo de comentar. A mi apoderado le comenté que tenía que asumir aquella responsabilidad pero sin saber hasta donde podía llegar. Matar este tipo de corridas y en sitios de gran repercusión, todos los años, era algo muy fuerte.

AM. Matar tantos corridas de esos encantes ¿Pueden acarrear efectos secundarios?

Si. Pienso que es una tauromaquia totalmente distinta. Son corridas de poder a poder entre el toro y tú. Hasta que uno no los domina, hay una guerra interior. Es cierto que hay un concepto distinto que tiene que encajar dentro de este tipo de encastes. Uno tiene que tener la mente muy abierta y un corazón que lata a cero por minuto para que aquello no tenga brusquedad. Estos toros les tienes que suministrar suavidad y mimo para que ellos se aplaquen.

AM. Los que están inmersos en el circuito de las corridas duras aspiran a salir de ellas ¿Es un error?

Yo creo que sí. A lo mejor hubiera cometido ese error de quererme salir de esas corridas. Hay muchos toreros que se han salido de este circuito y han cometido esa falta.

AM. ¿Qué es el valor?

El valor es una cosa que la tenemos adentro. Es conocerte a ti mismo y saber hasta donde uno puede llegar. También existe otro tipo de valor que es el de la fuerza física, imprescindible para ser torero.

AM. ¿Y el instinto de conversación?

Se pierde. Uno no puede ir a la plaza pensando en ese instinto de conservación. Uno tiene que pensar en que va a poder con aquello y en solucionar la papeleta.

AM. Lo que no me negaré usted es que delante de esos torazos la sensación de peligro es distinta

Eso es verdad. Es cierto que cualquier toro, de la ganadería que sea, te puede coger. Lo que sí pienso es que los toreros que se anuncian con las ganaderías comerciales saben que tienen más posibilidades de que le embistan los toros. En las duras solamente se deja uno o medio toro; por eso, en estas corridas uno tiene menos posibilidades de triunfo.

AM. Con respecto al toro, el de ahora ha evolucionado y es distinto al que había en su época. ¿Puede ser el toro de Miura es el que menos haya cambiado en el tiempo?

Yo creo que sí. El toro de Miura es el que menos ha cambiado con el paso del tiempo con respecto a otros encastes. A esta casa no le interesa de evolucionar porque así mantiene la leyenda y el misterio que siempre ha tenido.

Ruiz Miguel en las Ventas

AM. Al igual que Miura, otro hierro clave en su trayectoria ha sido el de Victorino. Ha estoqueado 89 corridas de esta casa y 20 de ellas en Madrid. ¿Cómo es el toro de esta ganadería?

En mi primera época que empecé a estoquear corridas de esta ganadería, en los años setenta, estos toros tenían mucho temperamento, estaban “salvajes”. Afortunadamente, han evolucionado en el tiempo para bien.

AM. ¿Y sus virtudes?
La principal es que bajan la cara. Es un tipo de toro que se define muy pronto, desde que sale por la puerta de chiqueros.

AM. Muchos de los triunfos de su carrera llegaron en Francia. ¿Cómo es la afición de allí?

Muy buena y muy respetuosa con los toreros. Cuando allí un torero se juega la vida, la afición se te entrega en cuerpo y alma. Allí tiene un gran protagonismo la comisión taurina que es la que se encarga de ver las corridas en el campo, de embarcarlas, de reseñarlas… Curiosamente, en Francia no hay veterinarios, ni autoridades gubernativas en los reconocimientos. A diferencia de aquí, si un ganadero lleva una corrida manipulada a la plaza, la consigue lidiar pero, al año siguiente, los mismos aficionados lo vetan para que no vuelva más. Ellos buscan la integridad de la Fiesta.

AM. ¿Y su plaza talismán en el país galo?
Mi plaza talismán ha sido la de Vic- Fezensac. Desde que fue la primera vez no he fallado ningún año en su feria, excepto una temporada que me cogió un toro en Madrid y, como esta feria coincide con la de San Isidro, no puede ir. En aquel coso ha sido donde he visto los toros más grandes de mi vida. En este coso tengo un monumento dedicado a mí, el único en Francia dedicado a un torero español.

AM. Me gustaría que me comentase algo sobre algunas figuras de su época; empecemos por el maestro Rafael Ortega

Para mí lo fue todo. Fue mi maestro, mi amigo, mi compadre. Su primo hermano Paco Ortega, que fue su mozo de espadas y quien sacó a la palestra a “Paquirri y a “Riverita”, me ayudó en mis comienzos. Me tiré de espontáneo en un festival que organizaba el maestro Emilio Oliva, precisamente en el novillo de “Paquirri” y en ese momento surgí yo. Por mandato del maestro Ortega, su primo me echó un cable en mis inicios.

AM. ¿Y el maestro Miguelín?

Tuve la suerte de torear con él. Ha sido un torero fundamental y, sin duda alguna, ha marcado una época en el toreo. Recuerdo la tarde que cortó seis orejas en Madrid, yo estaba en el tendido con mi apoderado Paco Ortega. Fue algo fuera de lo normal.

AM. ¿Belmonte o “El Gallo?

Belmonte. Han sido dos figuras del toreo pero Belmonte se adelantó a Joselito “El Gallo”. Belmonte fue el primero en bajarle la mano a los toros y a templarlos, cosa que no se había visto anteriormente. Luego vino Manolete, un revolucionario que encauzó esa línea.

AM. ¿Quién fue su gran rival en la plaza?

He tenido muchos rivales. Salían toreros que mataban las corridas duras pero duraban muy poco, dos o tres años. No te digo ninguno porque dejaría atrás unos pocos, pero sí hubo algunos que me echaron un pulso.

AM. Muchos aficionados saben que usted también cumple otra faceta en el mundo del toro como la de ser ganadero. ¿Cómo lo lleva?

Me gusta mucho el campo y la ganadería pero no me considero ganadero. El ser ganadero es tan complicado como ser figura del toreo. La ganadería es algo muy raro, muy complicado. La tengo para que mis amigos vengan y se diviertan.

AM. Hace escasamente un mes, se presentó en San Roque la nueva Escuela Taurina Comarcal del Campo de Gibraltar cuyo director artístico es usted. ¿Cuáles son los principales objetivos de este proyecto?

La ETCCG hace diez años que se creó pero por algunos inconvenientes burocráticos frenaron su funcionamiento. La escuela pertenecía a la antigua Peña “La Perseverancia” pero esta desapareció. Ahora he retomado las riendas de la Escuela. Tengo la suerte de contar con muchas personas para este proyecto como son Daniel Duarte, Paco Gallego, Antonio Caba, entre otros.

AM. Dígame el nombre de algún chaval que apunte buenas formas.
Destaco a J. Miguel Luz que hace unas semanas toreó la final del Bolsín de Ciudad Rodrigo y en la novillada de la feria. También hay dos o tres chavales que tienen mucha ilusión pero están muy nuevos como son Jamadi Ibáñez y Jesús Duarte.

AM. Por último, ¿Cómo ve el toreo en la actualidad?
El toreo se tiene que reciclar. En las fechas que estamos y como está el panorama taurino y económico, los toreros deberían de ir a los sitios importantes, allí donde tenga repercusión un triunfo y esté el dinero. En las ferias de “medio pelo” donde no está el billete, se los quieren llevar y ahí está la ruina. Los toreros deberían de ser más inteligentes y aflojar más sus honorarios en beneficio de la fiesta. Hoy miran más por el dinero que por el romanticismo.

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