12/03/14
ÁNGEL MODESTO
Venía espoleado de Olivenza y en
Fallas, compromiso importante en plaza de primera categoría, golpeó fuertemente
en sus dos antagonistas logrando un auténtico aldabonazo en toda regla. El
extremeño José Garrido logró abrir la Puerta
Grande tras dejar de manifiesto su enorme proyección como torero en el ruedo valenciano.
Por chiqueros saltaron, al menos,
cinco novillos de triunfo. Los pupilos del Parralejo destacaron por su buen
fondo de bravura y nobleza. Completaron terna Román y el debutante Francisco
José Espada.
Garrido dejó muestras de un
torero que está preparado para ascender al escalafón superior. Demuestra valor y buen
concepto en sus formas. Su toreo es personal, tiene gusto y mucho empaque.
Además de todo eso, tiene un
capote excepcional, como se pudo comprobar en su primero. El del Parralejo fue
excepcional. Tuvo clase, humillación y fijeza. Y todas estas cualidades las
supo aprovechar en la faena de muleta, logrando series profundas, de encaje y mucha
cadencia. Cortó una oreja tras una estocada en lo alto.
Su toreo volvió a sorprender en
el que cerró plaza, otro ejemplar bravo y con calidad. De nuevo, Garrido manejó
las telas con gusto, acompañando con el cuerpo y la cintura. Estocada hasta las
cintas y dos orejas.
Francisco José Espada fue el otro
triunfador de la tarde y lo hizo ante el quinto, un utrero de hermosa lámina
que embistió con franqueza y bravura. El de Fuenlabrada estuvo con decisión y
entrega. Le hizo muchas cosas y muy buenas, con pellizco y variedad. Al final, novillo
y novillero recibieron merecidos honores; el primero con una vuelta al ruedo y
el segundo con una oreja.
Muy pocas opciones tuvo el
madrileño con el que hizo segundo. El del Parralejo, bajo y en tipo, fue
deslucido y muy protestón en los engaños. Espada estuvo con ganas, queriendo en
todo momento, dentro de una faena de poca repercusión.
No fue la tarde de Román. Mejoró
con respecto a su primera tarde pero no terminó de redondear la feria. Se despedía
de todos sus paisanos como novillero, pues la próxima vez que lo vean, con el
chispeante puesto, será como nuevo matador de toros.
Pasaportó en primer lugar un
ejemplar noble y de alegres arrancadas. Estuvo voluntarioso y dispuesto en una
labor de más fibra que lucidez. Fue silenciado tras ser volteado, sin
consecuencias, en la suerte suprema.
Tuvo el apéndice en la mano en el cuarto, pero las ansias de triunfar le jugaron una mala pasada con los aceros. El del Parralejo, estrecho de sienes y bien armado, tuvo recorrido y acometió con largura y profundidad. Román dibujó algún natural personal, enganchando adelante y dejándolo atrás.
Plaza de toros de Valencia. Cuarta de la feria de Fallas. Un cuarto de entrada. Novillos de El Parralejo, bien presentados, con cuajo y volumen. En general, encierro de buen juego salvo el desclasado segundo. El quinto, de nombre Manijero, fue premiado con la vuelta al ruedo. Román, silencio tras aviso y ovación tras aviso; Francisco José Espada, silencio tras aviso y oreja tras aviso y José Garrido, oreja tras aviso y dos orejas. se guardó un minuto de silencio en memoria del veterinario fallecido Enrique Ezpeleta.
IMÁGENES (Fotos Rullot)
ROMÁN
FRANCISCO JOSÉ ESPADA
JOSÉ GARRIDO
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