martes, 13 de mayo de 2014

El sueño de ser torero (Crónica de la cuarta de San Isidro)



12/05/14

ÁNGEL MODESTO 

Todo niño sabe que existe una pregunta que hasta que no se le plantean, y es más, se le conteste, su infancia estará, metafóricamente hablando, incompleta. Esa cuestión que saben que llegará un día u otro y que han de estar preparados: ¿que quieres ser de mayor?. Pues ante tal decisión, incierta e inesperada, son muchos los que sueñan por ser algún día toreros. Seguramente el valenciano Román soñó, en muchas ocasiones, hacer el paseíllo en la primera plaza del planeta taurino triunfando y saliendo a hombros por la Puerta de la calle de Alcalá.  El sueño no se consumió del todo, pero dejó razones, en el cuarto episodio isidril, de que quiere ser torero.

En su carta de presentación, Román mostró ser un novillero de raza, de valor desmesurado y tiene facilidad a la hora de manejar las telas. El valenciano superó todas las dificultades originadas durante la tarde. El novillo del debut, feo y rajado, sacó todo que llevaba dentro y, seguramente, algo más. Al hilo de las tablas compuso un trasteo emocionante que llegó, con fuerza, a quienes ocuparon los escaños del coso venteño. 

Volvió a tirar de valentía y oficio frente al quinto, un utrero que sacó movilidad pero de embestidas rebrincadas. Román exprimió al “fuenteymbro” en una labor de firmeza y ajuste, con muletazos de mano baja. Concluyó con unas bernadinas ceñidas. Obtuvo el excesivo premio del apéndice, galardón que fue concedido por el conjunto de la tarde, y quizás no por este acto en particular.

José Garrido volvió tras su triunfal paso en la Feria de la Comunidad. Estuvo por encima de sus oponentes con oficio y autoridad. El tercero, bajo de tipo, siempre apretó para los tableros. Inteligente y dándole distancias, Garrido le sacó todo lo que tenía. Tras el triunfo de su compañero de cartel, salió espoleado para recibir, a portagayola, al sexto de la tarde. Un verdadero gesto de otro que también sueña con ser torero. Al hilo de las tablas, ligó los momentos más lucidos frente a un animal que siempre buscó la huida.  

Completó terna el sevillano Mario Diéguez. En suerte, le tocaron dos novillos inservibles para el lucimiento. Se mostró decidido ante el primero, un ejemplar soso al que logró enjaretarle varias series destacadas por el lado derecho. El cuarto, manso y sin clase, duró menos que un caramelo en la puerta de un colegio.

RESEÑA DEL FESTEJO 

Plaza de toros de Las Ventas (Madrid). Cuarta de la feria de San Isidro. Tres cuartos de entrada. Novillos de Fuente Ymbrobien aunque desigualmente presentados y dispares de juego. Destacó el buen primero y mansearon los restantesMario Diéguez, ovación y silencio tras aviso; Román (que se presentaba en esta plaza), vuelta al ruedo y oreja y José Garrido, silencio tras aviso y palmas. Saludó montera en mano "Fini" en el 6º.     


IMÁGENES (Fotos lasventas.com)

MARIO DIÉGUEZ






ROMÁN





JOSÉ GARRIDO






OTRAS IMÁGENES DEL FESTEJO




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