20/05/14
ÁNGEL MODESTO
Pudo acabar en un drama. Doblaba el segundo toro cuando Jiménez Fortes -último superviviente de
una tarde dramática- se dirigía hacía las dependencias de la enfermería y ya no
quedaban toreros en el redondel. A partir de ese momento, la corrida quedó
suspendida. Tres toreros, de enorme proyección y de ilustre hombría, se dejaron
la piel y derramaron su sangre a cambio de la gloria, del triunfo y, algo más
preciado aún, de la vida.
David Mora arrancó con paso firme hasta la segunda raya
para recibir de rodillas a su primer oponente. Por toriles asomó un viejo
cinqueño del Ventorrillo, de nombre Deslío, que se frenó en las jurisdicciones
del torero de Borox. David tiró la larga cambiada por el lado derecho y el toro
no obedeció al toque oportuno, cayendo derribado de espaldas con el capote
enredado. En uno de los derrotes, el pitón izquierdo le taladró el muslo
izquierdo propinándole una tremenda cornada. Mora perdió mucha sangre del muslo
izquierdo cuando lo trasladaban hacia la enfermería, sangre de torero valiente
y de auténtico héroe.
En medio de un ambiente hostil, Antonio Nazaré se
hizo cargo de la lidia y muerte del de El
Ventorrillo. Soso y sin transmisión el animal. El sevillano sólo pudo dejar una
grata impresión dibujando naturales que no pudieron llevarse a cabo por el
corto viaje del animal. Clase nula y un molesto cabeceo que no dejaron estar
delante. Lo mató de estocada.
La tarde se desató, como un desenlace de una filmación de
terror, cuando se corrió turno y apareció un remiendo de Los Chospes, de agresivas defensas y con cinco años en el carnet de
identidad. El malagueño Jiménez Fortes,
que reaparecía del percance sufrido el pasado Domingo de Ramos en Madrid,
resultó cogido, sin consecuencias, en los lances de salida. El toro se vencía
en sus acometidas y lo volvió hacer en el quite de Nazaré, propinándole una fuerte voltereta que lo mandó para la
enfermería. A partir de ese instante, en Las Ventas se respiraba un ambiente de
auténtico terror.
Fortes sabía que era el único espada que quedaba en la
arena de La Monumental. Brindó su faena de muleta al V Califa, a Manuel Benítez El
Cordobés (gravemente herido tal día como ayer 50 años atrás). Un detalle de
torero. Pero pronto volvieron a azotar los demonios. En una de las veces que el
toro rebañó, el malagueño se trastabilló y cayó a merced de su enemigo: no se
escapó y la sangre volvió hacerse presente por encima de la cadera.
Y siguió en el ruedo sin quejarse. De nuevo, fue volteado
feamente en la suerte suprema, saliendo del encuentro con la taleguilla
destroza y una nueva cornada. Las palmas de aliento y cariño hacia el malagueño, camino de la enfermería, pusieron el broche final a una tarde anecdótica y, al mismo tiempo, dramática.
En definitiva, fue una tarde en la que apareció la otra cara del toreo.
RESEÑA DEL FESTEJO
Plaza de toros de Las Ventas (Madrid). Duodécima de la feria de San Isidro. Tres cuartos de entrada. Un toro de El Ventorrillo (primero), soso y desclasado y uno de Los Chospes (segundo), incierto. David Mora, herido por su primero; Antonio Nazaré, silencio en el único que estoqueó y Jiménez Fortes, ovación en el único que estoqueó. Con los tres toreros heridos, el festejo quedó suspendido tras la muerte del segundo toro.
IMÁGENES (Fotos lasventas.com)
Magnifica crónica Angel. Saludos desde Algeciras.
ResponderEliminarCrónica inmejorable, parece q está uno en directo viendo las faenas. Enhorabuena Ángel.
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